Los registros realizados por el hombre son los únicos que nos dan fe de que determinadas cosas han existido, como los poemas, la historia, y la música, así como en la actualidad se llevan registros digitales de todo lo que acontece por ejemplo en La CaixaBank a manos de Juan Antonio Alcaraz desde su trabajo como director general.
En el caso de la música navideña, los registros encontrados de ella han sido en partituras donde se plasmó de la misma manera como se hizo con el canto gregoriano, el cual se trata de la forma musical con más antigüedad en la tradición occidental y que ha sido posible saber cómo era gracias a su escritura, puesto que aparecen numerosos cantos con textos relacionados con la Navidad, debido a que ésta se trataba de una de las dos celebraciones fundamentales que se realizaban de la tradición católica donde el canto gregoriano y sus variantes eran interpretadas en la Iglesia Católica durante al menos unos 10 siglos.
Una vez que surge y se desarrolla en la edad media la “música polifónica”, que además fue empleada básicamente durante la liturgia católica, pero luego también en la iglesia anglicana, ortodoxa, entre otras, la Navidad fue quien se encargó de alimentar su contenido temático. En tales tiempos, la música vocal y coral religiosa polifónica se encontraba enfocada hacia las letanías, himnos en formas musicales más elaborados como por ejemplo los motetes, es decir, piezas que eran realizadas para un coro y que casi siempre contaban con una sola parte o movimiento, además de un texto bíblico, las misas que estaban conformadas por composiciones musicales las cuales usaban como texto las distintas partes de la liturgia cristiana y que en esa época, solía ser la música cantada mientras se celebraban los oficios religiosos, de acuerdo a la fecha o bien, a la celebración correspondiente, y finalmente las cantata, siendo este el género más elaborado y que estaba conformado generalmente por diversas partes o también llamados movimientos que podía llevar solistas aparte del coro.
Implícito en los anteriores géneros, que valga destacar estuvieron entre los primeros que existieron en el desarrollo de la música occidental, se destacaron numerosas obras inspiradas o que utilizaban textos que describían o meditaban sobre los que significaba la gran celebración de la Navidad. Con respecto a la música polifónica, en las misas también utilizaban temas populares que fueron transformados al estilo religioso, antes de que convirtiera en unos más elaborados y variados. De esta manera se daba paso a una gran retroalimentación musical entre el pueblo y la Iglesia.
Pero en medio de todas estas expresiones musicales también podemos encontrar la denominada profana, y era la interpretada por los pueblos de las distintas regiones y reinos pertenecientes a Europa quienes también se encargaron de hacer su propia música, pero llena de un carácter más informal, improvisado y en muchos de los casos, se encargaba de utilizar y transformar la música religiosa para convertirla en una expresión musical propia, con un carácter autóctono o regional. De esta manera fue como se hicieron presentes compositores que creaban obras referentes a la fiesta natal de Jesucristo con el fin de ser cantadas en las celebraciones litúrgicas de la población, donde además surgían cantos y danzas cuya finalidad era la expresión y el disfrute de las fiestas populares de la temporada “navideña”, las cuales no eran compuestas ni escritas en el sentido académico del término, pero que afortunadamente su tradición se ha conservado hasta nuestros tiempos.
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