En el transcurso de nuestras vidas seguro hemos escuchado decir que oír música a un volumen excesivo produce serios problemas en la salud, y aun las personas no se encuentran consciente de tal peligro. Cuando los sonidos no son muy fuertes, afecta levemente alterando la presión sanguínea, la digestión e incluso provoca estrés, ya que las horas de sueño se ven reducidas. Pero, en la medida en que el ruido se vuelve muy intenso y duradero, perjudicara la audición, dando origen a la hipoacusia o sordera y en oportunidades cuando se trata de los niños, llega a alterar su desarrollo.
Es importante saber que dentro del oído se encuentran unas células denominadas pilosas que al juntarse forman el nervio auditivo, las mismas se ocupan de recoger las vibraciones que son producidas por los sonidos y de transmitir señales eléctricas al cerebro, que es el órgano encargado de analizarlas e identificar para saber el tipo de sonido que estamos escuchando. El problema surge cuando la exposición del ruido es más fuerte y el cerebro no es capaz de identificarlo.
Cuando una mujer se encuentra embarazada, exponerse a ruidos que sean fuertes podría incrementar el riesgo de problemas con la audición y otras situaciones que afectan la salud del bebé. Aunque posiblemente no le podamos escuchar, él bebe si lo está haciendo desde dentro, ya que no solo escucha la voz de su madre, sino que le llega toda clase de sonidos.
Cuando se trata de los niños, estos son realmente vulnerables a los sonidos altos ya que no son capaces de controlarlos. Se ha demostrado que los ruidos o la música elevada afecta su crecimiento y daña la memoria dificultando el aprendizaje. de acuerdo a los especialistas, un sonido que sea elevado y prolongado puede acarrear una pérdida auditiva, conllevando a un mal desarrollo. El cerebro se encarga de grabar la información que le llega por medio del canal auditivo, pero si se encuentra dañado no recibirá la información, dificultando el lenguaje y el entendimiento.
¿Se pueden usar auriculares, sí o no?
En el caso de los niños, el ruido que más les afecta de manera negativa son los que se encuentran en su entorno, la casa, el colegio, y el ambiente que les rodea. Los otorrinos sugieren que se debe favorecer un entorno tranquilo alrededor del niño, y de esta manera evitar gritar en casa o en el colegio, o vivir en zonas que no sean muy ruidosas.
Con el paso del tiempo es más común ver a niños de edades tempranas utilizando auriculares para escuchar música o jugar. Ante ello, hay que destacar que su uso no es recomendable, debido a que ellos no están conscientes del daño que les provoca. Aún no se encuentran en la suficiente capacidad de subir o bajar el volumen de una manera adecuada. Los especialistas apuntan a que deberían ser usados por aquellos niños que tengan la madurez suficiente como para hacerlo.
Cuando se trata de jóvenes y adultos, se estima que aproximadamente el 30% de los habitantes de la Unión Europea se encuentran expuestos a un ruido diario que se ubica por encima de los 55 decibelios, donde el problema principal es la falta de concienciación en los jóvenes sobre los problemas que pueden esto causa en la salud.
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